Hoy como ayer, mañana como hoy y siempre igual i
Un cielo gris, un horizonte eterno y andar…andar (Becquer)
Hoy como ayer, mañana como hoy y siempre igual. ¿Nada cambia?. Falso. ¿Todo cambia?. También falso. Algo cambia, algo queda inmutable. Quizás la paradoja que nos envuelve, lo que probablemente más cambie al tiempo que más permanezca estable, seamos nosotr@s mism@s. Nosotr@s. Como el principio y el fin. Cómo conseguir que ese principio y fin no se convierta en una eterna tiranía, en un continuo ego-centrismo, en duda, en ansiedad, en vértigo, en vergüenza, en dependencia, en miedo, en soledad y vacío. Cómo comprender que la misma realidad puede ser a un tiempo alegre y luminosa o triste y oscura. Que detrás de cada palabra puede haber esperanza y certeza y cercanía o frustración y duda y miedo. Cómo elegir un camino que nos ayude a andar siempre igual y siempre diferente, eligiendo el lado del horizonte eterno, aun bajo el cielo gris. Cómo comprender ese arte, cómo aprender ese arte, cómo aprehenderlo…cómo andar ese camino.
Rimas Hoy como ayer, mañana como hoy…
LVI
Hoy como ayer, mañana como hoy,
¡y siempre igual!
Un cielo gris, un horizonte eterno
y andar… andar.
Moviéndose a compás como una estúpida
máquina el corazón:
la torpe inteligencia del cerebro
dormida en un rincón.
El alma, que ambiciona un paraíso,
buscándole sin fe;
fatiga sin objeto, ola que rueda
ignorando por qué.
Voz que incesante con el mismo tono
canta el mismo cantar,
gota de agua monótona que cae,
y cae sin cesar.
Así van deslizándose los días
unos de otros en pos,
hoy lo mismo que ayer… y todos ellos
sin gozo ni dolor.
¡Ay! ¡a veces me acuerdo suspirando
del antiguo sufrir!
¡Amargo es el dolor; pero siquiera
padecer es vivir!