¿Qué les diría a los jóvenes interesados en hacer y difundir poesía, para animarlos a seguir… o a lo mejor para desanimarlos?
Les diría, primero que nada, que lean poesía. Si no lo hacen, no pasa nada, desde luego; pero inevitablemente vivirán una vida pobre, limitada, gris, desabrida. La verdad, los grandes lectores son grandes vivientes, como diría Nieztsche. No leer, pudiendo hacerlo, es como aceptar mansamente la ceguera, pues quienes no leen están como ciegos.
David Huerta (El Sol de México, 1 de Noviembre de 2019)