Para dejar de escribir no es indispensable dejar de escribir, hay también un espíritu del bartlebysmo (Vila Matas)
Paul Auster: Es verdad. Pasó medio siglo. El transcurrir del tiempo es una maravilla; resulta increíble que menciones el origen de todo: “Notas de un cuaderno de ejercicios”. Escribí ese texto hace 50 años exactamente. Puedo recordar cuándo y dónde escribí las 13 proposiciones que lo componen. Estaba sentado a la mesa de trabajo en la biblioteca de la Universidad de Columbia. Tenía un pequeño cuaderno. Comencé a escribir breves enunciados sobre arte, vida, realidad y percepción. No he releído el texto en años. Lo recuerdo como el trazo de mi posición estética sobre la escritura y sobre cómo uno vive en el mundo. No he cambiado de opinión. La primera proposición posiblemente es lo más interesante que he escrito en toda mi vida, esos dos primeros enunciados que encapsulan todo lo que he escrito hasta hoy: “El mundo está en mi cabeza. Mi cuerpo está en el mundo”. Intentaba capturar la esencia doble de la existencia humana. Todos percibimos el mundo de manera distinta. Todos tenemos una visión de la realidad, sin embargo somos parte de un mismo mundo, juntos. Aunque nuestros cerebros funcionan de maneras distintas. Somos seres dobles.
I’ve been a miner for a heart of gold
It’s these expressions I never give
That keep me searching for a heart of gold and I’m getting old
Keep me searching for a heart of gold and I’m getting old
I crossed the ocean for a heart of gold
I’ve been in my mind, it’s such a fine line
That keeps me searching for a heart of gold and I’m getting old
Keeps me searching for a heart of gold and I’m getting old
You keep me searching and I’m growing old
Keep me searching for a heart of gold
I’ve been a miner for a heart of gold