Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera
Era un día luminoso y frío de Octubre y los relojes marcaban las doce.
Era un placer quemar, constituía un placer especial ver las cosas consumidas.
Y así pasaban los días y sus noches, en algún indefinido lugar entre la felicidad y la infelicidad, entre el gregarismo y la disidencia, entre el sueño de la razón y el quijotismo más panziano…
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Relacionado
Acerca de Carlos
Aunque crecí y trabajé en la gran ciudad, he vivido también en una zona rural en España y en Addis (Ethiopia). Me gusta dar paseos por el campo y la montaña. Disfruto con mi familia, con la lectura y cuando me dejo llego a escribir algo. Me gustan los escritores que escriben sobre escritores o sobre el proceso de escribir o de ser, como Paul Auster, Enrique Vila-Matas. Pero también paso buenos ratos con policiacos, sagas y comedias.
Soy Doctor Ingeniero Agrónomo y Master en Evaluación y trabajo en temas relacionados metodologías de intervención en cooperación y desarrollo. He tenidos experiencias en cooperación internacional para el desarrollo a nivel ONGD , instituciones y organismos regionales, estatales y Universidades.
He sido voluntario, investigador y consultor independiente en temas de desarrollo. He trabajado en temas relacionados con la evaluación de políticas de desarrollo para el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación en Madrid. He trabajado en temas de Evaluación, aprendizaje e investigación como freelance (independiente). He trabajado cuatro años para FAO en Ethiopía en refuerzo de espacios de coordinación, seguimiento y evaluación para la resiliencia…con PAHO/WHO y UNICEF América Latina reforzando capacidades en evaluación y aprendizaje
Tengo otro blog igual de raro: Aprendiendo a Aprender para el Desarrollo (TripleAD) https://triplead.blog/
Esta entrada fue publicada en
Escritura y etiquetada
1984,
Anna Karenina,
Ray Bradbury. Guarda el
enlace permanente.