
El camino había sido largo y algo más complicado de lo esperado.
De hecho, nunca imaginó que adentrarse en esa selva fuera tan complejo.
Diferentes rutas de acceso
Diferentes senderos
Diferentes entornos
Diferentes matices
Diferentes fases
Romper y volver
Empezar y aprovechar
Callar y contar
Soñar y alegrar
Fingir y seguir
Una rara sensación: de sentir el camino a sentirse vigilado, perseguido, …
Deja de perseguirme (le dijo, le dice), deja de llamarme perseguidor (le dijo, le dice el perseguidor- ¿Cortázar?)
En el camino se convertió en un experto en tramitar caravanas…y leyó tanto sobre misterios pocas veces resueltos. Misterios como este:
“Y decir basta ya, porque no estoy allá, porque no puedo encontrar, porque no encuentro eso que no sé buscar, y aunque crea que lo encuentre, no es más que una ilusión, porque uno no va allá, no busca, no encuentra…siempre esta acá. Una y otra vez lo que sueño, que es huir de esa nostalgia. El tener o no tener. Conseguir, poseer. Soñar con ser, con conocer, con poseer, con tener. Y lo que encontré y a lo que vamos: No por escribir se es más feliz”.
“-Pasa una generación y viene otra, pero la tierra permanece siempre…-dice uno
-Lo único seguro es que el sol siempre sale – dice otro
-Y que está a punto de llover…- digo yo” (*)
Vale, no entiendes nada, yo tampoco entiendo nada.
(*) Ultimas cuatro líneas adaptadas de El dia del Watusi (Francisco Casavella, P. 30 y 31). Edicion Anagrama.