
Cuando esa tarde de enero de 1946 tuvo el primer indicio sobre Rudolf Höss, había pasado el día recorriendo las calles empedradas del Londres de la posguerra. Sin saberlo, el judío alemán Hanns Alexander caminaba con un peso particular de la historia en sus hombros. No era un detective común: era un cazador de sombras. Antes de la guerra, en 1936 había dejado la inseguridad de su hogar en Alemania. Después de la guerra, perseguía fantasmas vestidos de civiles. Por entonces, con rango de capitán, ya había realizado operaciones para el Cuerpo de Pioneros Reales, para el Cuerpo Militar Auxiliar de Zapadores, y en el equipo número uno de investigación de crímenes de guerra.
Se entera de que un servicio británico, el FSS 92 (92.ª Sección de Seguridad de Campo), había arrestado a Hedwig Höss, esposa de Rudolf, encarcelada en la prisión de Lunden para interrogarla. Participa en el interrogatorio. Hedwig Höss declara que no sabe dónde está su marido, Alexander va a la casa de la familia e intenta hacer hablar a los niños, especialmente bajo amenaza de ejecutar a su madre, pero ellos también declaran que no saben nada. Encarcela a uno de los niños, Klaus, con la madre y acaba anunciándole que se prepara para enviar al niño a Siberia si ella no entrega a su marido. Esto rompe la resistencia de la madre, quien da la dirección y el nombre falso de Höss.
Franz Lang era su objetivo, un nombre más en su lista, pero no cualquier nombre; no era el simple jardinero que decía ser. Lang era en realidad Rudolf Höss, el hombre que había orquestado el horror detrás de los muros y alambres de púas de Auschwitz. La vida tranquila que llevaba con Hedwig Hensel y sus cinco hijos era una farsa, un escaparate.
Hans consiguió la movilización de un destacamento de soldados británicos de la FSS 92, muchos de ellos también judíos. La confrontación no fue espectacular. No hubo persecuciones. El anillo de casado acaba delatando a Höss. Y mientras Höss era llevado a enfrentar sus crímenes, Hanns se retiraba, sabiendo que una batalla había terminado, pero la guerra por la memoria y la justicia apenas continuaba.
Thomas Harding, sobrino nieto de Hanns Alexander, escribe en 2014 el libro Hanns y Rudolf. Thomas recuerda a Hans como un hombre amable y respetado, pero jactancioso, propenso a la exageración, practicante de engaños y aficionado a contar chistes verdes a los niños.
En los Premios Oscar de de 2024, la película La Zona de Interés, que cuenta la vida familiar en Auschwitz de los Höss durante la Segunda Guerra Mundial, gana el premio a Mejor Película Internacional y Mejor Sonido.
