A pesar de lo que habían presagiado algunos de los críticos que reseñaron sus primeros libros, la ruptura con que Concha Méndez superó tanto sus contradicciones como las de su personaje poético inicial, no vino dada por la vertiente vanguardista. Muy al contrario. Su vinculación sentimental al poeta e impresor malagueño Manuel Altolaguirre, con quien se casaría en 1932, la llevará por otros derroteros. No sólo comienza con él una aventura editorial y tipográfica muy meritoria (de la que son ejemplo revistas como Héroe, 1616 y Caballo verde para la poesía), sino una etapa de su vida marcada por experiencias fundamentales: maternidad, muerte del hijo, nacimiento de Paloma, guerra, exilio, separación. Vida a vida (La Tentativa Poética, Madrid, 1932), Niño y sombras (Ediciones Héroe, Madrid, 1936) y Lluvias enlazadas (La Verónica, La Habana, 1939) son los tres poemarios que publica Concha Méndez en esta segunda etapa de su producción. En ellos no hay rastro ya de su vanguardismo primero y sí una voz depurada y personal, que adquiere un aire estrictamente suyo, una voz impregnada de un dramatismo de tono en verdad auténtico:
Quisiera tener varias sonrisas de recambio
y un vasto repertorio de modos de expresarme.
O bien con la palabra, o bien con la manera,
buscar el hábil gesto que pudiera escudarme…
Y al igual que en el gesto buscar en la mentira
diferentes disfraces, bien vestir el engaño;
y poder, sin conciencia, ir haciendo a las gentes,
con sutil maniobra, la caricia del daño.
Yo quisiera ¡y no puedo! ser como son los otros,
los que pueblan el mundo y se llaman humanos:
siempre el beso en el labio, ocultando los hechos
y al final… el lavarse tan tranquilos las manos.
(De Lluvias enlazadas)
Fuel to Fire
Agnes Obel
Do you want me on your mind or do you want me to go on
I might be yours as sure as I can say
Be gone be faraway
Roses on parade, they follow you around
Upon your shore as sure as I can say
Be gone be faraway
Like fuel to fire
Into the town we go, into your hideaway
Where the towers grow, gone to be faraway
Sing quietly along
Pious words to cry into the under
Upon your shore as sure as I can say
Be gone be faraway
Oh what a day to choose
Torn by the hours
All that I say to you
Is like fuel to fire
Into the town we go, into your hideaway
Where the towers grow, gone to be faraway
Never do we know, never do they give away
Where the towers grow, only you will hear them say
Sing quietly along
Sing quietly along
Songwriters: Agnes Caroline Thaarup Obel