
Clara trabaja en cooperación al desarrollo, lo que en teoría significa cambiar el mundo y en la práctica significa rellenar informes en inglés macarrónico. Nadie lo dice en voz alta, pero en el sector abundan los que, como Clara, entraron buscando redención personal. Una Organización para el Desarrollo es también un espejo de autoayuda colectivo.
En su escritorio hay más libros de “coaching para líderes conscientes” que manuales de logística humanitaria. Que nadie la juzgue: todos tenemos un vicio. Algunos se atiborran a series, otros a gin-tonics; Clara se inyecta frases motivacionales.
Notas de Clara (cuaderno verde):
- “Sé la mejor versión de ti misma” → ¿Versión 2.0 o beta permanente?
- “Cada problema es una oportunidad” → entonces soy millonaria en problemas.
- “El secreto está en ti” → ¿y si no encuentro la llave?
En la oficina, los proyectos se llamaban Semillas de Futuro o Puentes de Esperanza. Clara sospechaba que las semillas eran metafóricas, porque lo único que germinaba eran excels. Y los puentes, burocráticos. Una vez escribió en el margen de un informe: impactar comunidades ≈ darles una hostia. Luego lo borró, claro.
En un taller motivacional, un coach con camisa hawaiana citaba a Buda, Gandhi y Paulo Coelho en la misma diapositiva. Clara pensó que aquello parecía un reality show espiritual. Lo peor fue que tomó apuntes. Lo mejor, que los perdió. “Soltar el pasado”, se dijo, aplicando la lección tres sin proponérselo.
Ruptura del narrador (yo):
Usted, lector, ¿se ríe? Haga el favor de no hacerse el cínico. También ha sentido la tentación de comprar El poder del ahora o de subrayar frases en Los cuatro acuerdos. Este cuento, admítalo, le está funcionando como un pequeño taller gratuito. Y si no lo nota, la culpa es suya por no creer con suficiente entusiasmo.
Clara empezó a hablar como un folleto. Le decía a su madre: “cada crisis es una oportunidad”. Su madre respondía: “tu primo sigue en paro desde 2015”. Clara replicaba: “visualiza abundancia”. La madre colgaba. Y Clara anotaba en su diario: Ejercicio de liberación emocional completado.
Fragmento final del manual inconcluso de Clara
- Cree en ti.
- Ríe aunque el fluorescente del baño parpadee como en El exorcista.
- Cuando dudes, repite frente al espejo: yo puedo.
- Y si no funciona, compre el próximo libro.
Clara no existe. O peor: existe demasiado. Y si usted ha llegado hasta aquí, también forma parte del simulacro.
Enhorabuena: acaba de terminar el primer paso de su transformación.
(El resto del manual se vende aparte, tapa blanda, oferta limitada).
