En Las mujeres de la Bauhaus que la propia Bauhaus olvidó encontramos ocultas tras el apellido de sus maridos, relegadas al diseño textil o sencillamente ignoradas. Descubrimos la conflictiva relación de la Bauhaus con las mujeres en el centenario de la fundación de esta escuela, que revolucionó la arquitectura y el diseño del siglo XX.
Hubo mujeres que desafiaron las reglas y que, a día de hoy, aparecen -aunque tímidamente- en Internet por su excelente trabajo vanguardista y cosmopolita. Lilly Reichfue una de ellas. Empezó su carrera con diseño industrial y de moda e incluso trabajó y colaboró como diseñadora y arquitecta junto al segundo director de la escuela, Mies van der Rohe. Junto a él desarrolló proyectos para la exposición Deutscher Werkbund, la Semana de la Moda de Berlín o la Exposición Internacional de Barcelona del año 1929. No obstante, dos de sus más emblemáticos trabajos fueron la casa Tugendhat y la casa Lange. Además, por si fuera poco, en 1932 se convirtió en directora del Departamento de Diseño de Interior de la Bauhaus.
. El resto de figuras femeninas que pudieron ser profesoras en la institución fueron Marianne Brandt, Gunta Stölzl, Anni Albers, Otti Berger y Alma Siedhoff-Buscher.
La primera de ellas, Marianne Brandt impresionó con sus proyectos a László Moholy-Nagy y consiguió algo insólito en la escuela: dirigir las clases de metal. Bauhaus se habría arrepentido si no hubiera permitido a Brandt entrar en ese aula ya que a día de hoy es recordada por diseños tan conocidos como los ceniceros esféricos de metal o la lámpara Kandem 702, conocida como flexo a día de hoy.