Fue un día perfecto. Un sol radiante en la fiesta de las tradiciones agrarias
Bailes tradicionales y folclóricos, al ritmo de la polca y el vals, dominio en el ritmo y en los pasos (como sevillanas o danzas etíopes pero en plena campiña francesa…)
Diversión, actividades diversas para recordar tiempos pasados y exposición y prueba de arcaicos artilugios: maquinaria y aperos agrícolas, juegos tradicionales, bicicletas, tractores, trilladoras…
Como en otras ocasiones vuela el interés de escribir sobre todo aquello
Me pregunto si os preguntáis si pensar en escribir lo que vemos o sentimos o vivimos…¿nos hace morir un poco en el intento, nos hace desaprovechar el momento y ser un poco más insensibles a la experiencia?
Pero seguro que no viene al caso esta reflexión y la atención tendría que estar más en la tradición, en el contexto, en captar el momento, en lugar de especular sobre su pérdida, aunque esta reflexión no deja de ser parte de una tradición…
Cómo sería describir todo esto con una visión nórdica o anglosajona…o más bien otra de aquí, de estas tierras
He visto una estampa similar en otros momentos y con otras gentes y en otros países: Francia, España Nicaragua, Perú, Brasil, Ecuador, Colombia o Etiopía…similares momentos de fiesta, danza y alegría, con gentes tan diferentes, tan parecidas: sociedad e individuo, similares contradicciones y oportunidades allá por donde vayamos.
Año tras año hasta 42 veces se ha repetido esta fiesta, como se ha repetido la Batalla en los riscos de Bilibio, que tanto echo de menos ahora y siempre…
Hoy ha sido una noche perfecta, fuegos artificiales y luna llena