
Blanca, amiga de Clara y estudiante de doctorado en literatura comparada, se encontraba inmersa en su tesis sobre los estilos de novela de ficción que triunfan en Estados Unidos y España. Decidieron encontrarse en el Café de las Letras, un lugar acogedor en la zona de Bilbao, Madrid, conocido ahora más por su carácter popular y nocturno más que por su pasado ambiente literario y sus tertulias.
Mientras Clara, llegaba al café, Blanca reflexionaba sobre su investigación. En Estados Unidos, los géneros de misterio, thriller y crimen dominaban las listas de bestsellers. Autores como Donna Tartt con «The Goldfinch» y Jonathan Franzen con «Freedom» capturaban la atención de los lectores con tramas intrigantes y personajes complejos. En contraste, en España, la novela histórica y la ficción literaria eran los géneros más apreciados. Escritores como Almudena Grandes y Javier Marías exploraban el pasado y la condición humana con una profundidad y un estilo únicos.
Clara llegó y, tras los saludos, comenzaron a hablar de sus respectivas luchas. Clara compartió cómo su trabajo humanitario en zonas de conflicto requería una gran resiliencia. «A veces, parece que el mundo se desmorona a nuestro alrededor, pero seguimos adelante más por supervivencia, porque no sabríamos qué hacer de otra forma, que porque pensemos que nuestra labor es importante», dijo Clara con una sonrisa cansada pero decidida.
Blanca asintió, comprendiendo perfectamente. «Hacer una tesis también requiere resiliencia. Pasamos horas investigando, escribiendo y reescribiendo, enfrentándonos a críticas y dudas constantes. Pero al final, el esfuerzo vale la pena.»
Hablaron sobre cómo ambos trabajos, aunque diferentes, compartían la necesidad de perseverancia y pasión. Blanca mencionó cómo los autores que estudiaba también reflejaban estas cualidades en sus obras. «Tanto en Estados Unidos como en España, los escritores muestran una profunda comprensión de la complejidad humana y la lucha por encontrar sentido y felicidad en medio del caos.»
El café se llenó de gente y de sonidos y risas mientras discutían sobre la vida, la humanidad, la literatura y la resiliencia. Decidieron que, el próximo fin de semana, podrían visitar el Museo de Arte Reina Sofía, aprovechando la bienal y la cercanía al parque del Retiro, para continuar sus conversaciones en un entorno inspirador.
