Una noche larga en el Zebu Bar

Al final de la tarde, cuando el sol etíope se acuesta con una lentitud solemne sobre las colinas de Addis, el Zebu Bar comienza a despertar. Tiene tres terrazas: una que mira al campo de tenis donde Johan (francés, siempre de pantalón corto, incluso en julio) juega solo; otra que da a la piscina, donde los niños se lanzan como si las olas no fueran un lujo improbable en esta ciudad sedienta; y la tercera, orientada hacia las casas bajas del recinto. Dentro, el ventilador del techo se queja como una cabra vieja, pero nadie lo escucha.

Clara, cooperante española con aire de exfilósofa, escribe en una libreta. Escribe siempre. Es su manera de no perder el juicio. Lleva seis años en Etiopía, desde 2015. Ha visto llover poco, prometer mucho y coordinar aún menos. La última reunión de “estrategia integral de impacto sostenible” acabó cuando alguien preguntó si el PowerPoint estaba en inglés británico o americano.

Mientras se sirve un tej (el vino de miel que parece champagne de otra dimensión), Clara piensa en su hermano, en Madrid. En 2017, él hacía cola en el INEM, mientras ella asistía en Addis a una presentación sobre “el empoderamiento caprino en climas áridos”. En 2020, él confinaba en un piso de 45 metros, y ella nadaba sola en la piscina del ILRI porque “las burbujas de riesgo no contemplaban socorristas”.

Esa noche, en el Zebu, están también Alem, el camarero callado con alma de poeta, y Ruth, una keniana que dirige un proyecto de agua pero confiesa que su verdadera pasión es el piano. En la terraza de la piscina, un grupo de holandeses, alemanes y belgas discuten con vehemencia si la mejor cerveza local es la St. George o la Habesha, mientras Clara piensa que no hay debate más internacional que ése: el de hacer de una elección trivial un asunto de identidad.

Mientras en España se debatía si era moral pasear al perro tres veces o sólo dos durante la cuarentena, en Etiopía se celebraban bodas con 400 invitados y mascarillas de tela bordada. El país ardía de tensiones políticas, pero en el Zebu, el mundo se reducía a decidir entre doro tibs o shiro.

Clara escucha a Juan – cooperante andaluz con alergia al protocolo – explicar por enésima vez por qué el plan trienal de nutrición infantil está en revisión desde hace cinco. “Es que el Excel pesa mucho”, dice con una sonrisa torcida. Nadie ríe, pero todos entienden.

Y sin embargo, hay algo hermoso aquí. Algo que Nicolas Bouvier habría reconocido en una cucharada de injera, en la manera en que Johan suda sobre la pista de tenis como si jugara por la paz mundial. Un mundo que no funciona del todo, pero que, al atardecer, tiene el ritmo exacto de una canción de Mulatu Astatke: errático, melancólico, perfecto.

Clara cierra su libreta. Se oye una risa lejana. Los grillos comienzan su turno. Y por un instante, nadie recuerda si es martes o domingo, si están salvando algo o simplemente sobreviviendo con gracia.

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About Carlos

Aunque crecí y trabajé en la gran ciudad, he vivido también en una zona rural en España y en Addis (Ethiopia). Me gusta dar paseos por el campo y la montaña. Disfruto con mi familia, con la lectura y cuando me dejo llego a escribir algo. Me gustan los escritores que escriben sobre escritores o sobre el proceso de escribir o de ser, como Paul Auster, Enrique Vila-Matas. Pero también paso buenos ratos con policiacos, sagas y comedias. Soy Doctor Ingeniero Agrónomo y Master en Evaluación y trabajo en temas relacionados metodologías de intervención en cooperación y desarrollo. He tenidos experiencias en cooperación internacional para el desarrollo a nivel ONGD , instituciones y organismos regionales, estatales y Universidades. He sido voluntario, investigador y consultor independiente en temas de desarrollo. He trabajado en temas relacionados con la evaluación de políticas de desarrollo para el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación en Madrid. He trabajado en temas de Evaluación, aprendizaje e investigación como freelance (independiente). He trabajado cuatro años para FAO en Ethiopía en refuerzo de espacios de coordinación, seguimiento y evaluación para la resiliencia…con PAHO/WHO y UNICEF América Latina reforzando capacidades en evaluación y aprendizaje Tengo otro blog igual de raro: Aprendiendo a Aprender para el Desarrollo (TripleAD) https://triplead.blog/
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