
(Bahía cerrada, cerros empinados, manglar hasta la rodilla. Día 29 de septiembre de 1602. El escribano certifica que el papel suda.)
[Bitácora de Clara, regreso en bus]
El muelle de Portobelo hoy es selfie y ceviche, pero bajo el brillo oigo la contabilidad vieja. En el Museo de Panamá Viejo las piedras siguen oliendo a incendio. Repito los nombres como un rosario: San Jerónimo, San Fernando (Baja, Alta y Cima), Santiago de la Gloria, San Cristóbal, Buenaventura, La Trinchera; en la boca del Chagres, San Lorenzo. Las ruinas me miran como si todavía cobraran peaje.
[Foja 1, 1602: Apertura]
Digo que antes el puerto fue Nombre de Dios y que el nombre se cansó. Digo que hoy se llama San Felipe de Portobelo y huele a brea, resina, lona mojada. Lo vivo se convierte en dato cuando toca tinta: esa es la doctrina.
[Bitácora]
Pisé el Camino Real (piedra, hormiga, sudor) y miré el desvío del Camino de Cruces por el Chagres hasta Venta de Cruces. Todo late como prólogo material de un canal soñado siglos atrás.
[Foja 2, 1602: Orografía y mando]
Se certifica bahía en forma de herradura; a cada párpado, un fuerte. Constan planos de 1586 del ingeniero Juan Bautista Antonelli para cerrar la entrada de Portobelo y la boca del Chagres; por eso hoy se levantan piedras y maldiciones. Manda en el istmo el Gobernador y Capitán General Alonso de Sotomayor (1596–1602). En la plaza se comenta que lo sucederá Hernando de Añazco.
[Bitácora]
Me hablan de cimarrones en las lomas: selva que camina. La noche suena a tambores Congo y a un Cristo oscuro que cada octubre pide pies descalzos. La fe aquí aprendió a remar.
[Foja 3, 1602: Nómina breve de españoles]
- Alonso de Sotomayor (gobernador, 1596–1602). Militar de temple seco; trae disciplina de guerras viejas.
- Hernando de Añazco (gobernador, 1602–1604). Interino aplicado; hombre de papeleo y firma pronta.
- Bernardo de Vargas Machuca (capitán; alcalde mayor de Portobelo y comisario de fábricas desde 1602; actúa en 1603–1607). Soldado‐escribidor: mide la selva a tajo y la pasa a limpio.
- Pedro Meléndez (gobernador local en Portobelo cuando el golpe de 1601). Con cien hombres defiende lo que puede; firma parte de bajas y pérdidas.
- Cristóbal de Roda/Antonelli (linaje de ingenieros de la Corona). Ojo geométrico; cree que la pólvora piensa en ángulos.
(Caracteres reducidos a lo que cabe en acta: oficio, talante, fecha.)
[Bitácora]
En el museo, un panel me suelta: enero de 1601, el inglés William Parker cae con cinco naves y unos doscientos. Y Portobelo, recién estrenado, aprende que un nombre nuevo no blinda.
[Foja 4, 1602: Calendario de asaltos vistos desde la mesa del escribano]
- 1572–1573 — Francis Drake con ~73 hombres prueba Nombre de Dios, yerra por herida, regresa por tierra con cimarrones y el francés Le Testu a emboscar el tren de mulas del Camino Real. Abre ruta al miedo.
- 17 enero 1601 — William Parker entra en Portobelo con 5 naves/ unos 200; defensa de 100 hombres al mando de Pedro Meléndez; captura breve, botín ligero, herida duradera.
- 10 jul – 2 ago 1668 — Henry Morgan con 8 naves/ unos 500 toma San Jerónimo, Santiago y San Felipe; guarniciones escasas; miedo convertido en rescate.
- 1670–1671 — El mismo Morgan sube por el Chagres, cae San Lorenzo y arde Panamá.
- 20 nov 1739 — Edward Vernon cumple su bravata: 6 navíos/ unos 2.700; toma y demuele Portobelo.
[Bitácora]
Pregunto por mujeres. Me recuerdan que muchas cruzaron el istmo rumbo al Perú: Mencía Calderón (la Adelantada) condujo a su gente y pasó por Panamá en el XVI; Inés Suárez viajó en 1537 a las Indias y su huella cruza papeles y lenguas. No aparecen en los partes de guerra, pero sí en la logística del mundo.
[Foja 5, 1602: Mujeres en tránsito — nota al margen]
- Mencía Calderón Ocampo (1514–1593). Noble extremeña; capitanea caravana de mujeres; ruta por Panamá hacia el sur; tenaz como mula de carga.
- Inés Suárez (1507–1580). Viaja 1537 al Nuevo Mundo; guerrera, enfermera; en los papeles aparece poco, en las leyendas, mucho.
(Las actas no les conceden cargo; la vida real sí: sostener la marcha.)
[Foja 6, 1602: Liturgia de puerto]
Toda factura lleva amén; todo mapa funciona como catecismo. Se canjea: una leyenda por un uniforme, un pecado por patente, una cicatriz por ruta, un silencio por salvoconducto.
[Bitácora]
El Camino de Cruces huele a río y lodo. Pienso en el canal que un emperador ya encargó estudiar en 1534: la línea recta que tardó siglos en escribirse con agua.
[Foja 7, 1602: Última]
Suena campana: no es misa, es contabilidad. Viento de sal: cada hoja quiere ser vela. Las sujeto con cera. No lo anoto: escribir quizá sea atar el viento con plomo.
Cierre / Conversión
Levanto la vista y el papel me mira. Donde puse mi nombre, alguien —tal vez tú— escribe el suyo. Las actas siguen válidas pero cambian de dueño: la culpa y el relato pasan a tus manos.
La fecha —29 de septiembre de 1602— se repite hasta parecer verdad; la bahía, hasta parecer mapa; mi cuaderno, hasta parecer archivo.
